jueves, 10 de octubre de 2013

Eros y Psique

De nuevo soy consciente de que tardo mucho entre publicación y publicación. Intento remediarlo, pero fallo en muchas ocasiones. Como anteriormente anuncié una promesa de mito por semana, he pensado comenzar con uno que me gusta mucho, o al menos una de sus representaciones que vimos recientemente en clase. 

Psique, la competencia de Afrodita
Se trata de Eros y Psique.

Antes de comenzar a relatarlo, cabe decir que Eros, hijo de Afrodita en la mitología griega, es quien se encarga de "enfermar" de amor a todos los seres con sus flechas; no es que sea un sortilegio, es la manera de representar el enamoramiento en sí. También cabe decir que cuando un dios castiga con algo, el castigo suele ser irreversible y eterno. La mayoría de dioses tienen un carácter terrible y poderoso, y digo terrible en el sentido de que encarnan todos los rasgos más humanos del hombre y se magnifican en ellos, algo así como supervicios y supervirtudes. Hay quien dice que para los griegos, los dioses son un cajón donde volcar todo lo que no se debe ser, todos los vicios del hombre. Por último, decir que en cada ciudad se veneraba a un dios más que a otro, como hoy día tenemos los patrones de las iglesias, por ejemplo. Se adoraba a todo el panteón olímpico pero a un dios o diosa en especial. Os muestro el mito:



Psique era una muchacha hija del rey de la península de Anatolia, o Asia Menor (actual Turquía), tenía tres hermanas, y su belleza eclipsaba a cualquiera; era además una persona maravillosa de gran corazón. Sin embargo sus hermanas contraían nupcias una tras otra, mientras que ella permanecía soltera, pues su belleza abrumaba a cualquiera y sus pretendientes solo continuaban alabándola, admirando su belleza, hasta el punto de descuidar el culto a Afrodita y comparar la belleza de psique con la de la divinidad.

La inmortalidad de PsiqueAfrodita se enfada al enterarte de dicho desagravio, y encarga a su hijo Eros, que hiera a Psique con una de sus flechas más feas, para que ella se enamore perdidamente de alguien horrible. Eros acude a Psique, pero queda prendado de su belleza, hiriéndose accidentalmente con una de sus flechas y enamorándose de la joven perdidamente. 
Así, el padre de Psique lleva a su hija al oráculo de Delfos para consultar por su suerte, y le dice el oráculo que la lleve a una roca solitaria para que su amado acuda a ella. Así hacen, y acuden todos en un cortejo nupcial a la roca, donde un viento se levanta y se lleva a Psique en volandas, aterrizando en un bello prado de flores donde queda dormida.

Al despertarse, ve que hay una fuente, y un bellísimo palacio de ensueño. Entra en el palacio instada por unas voces celestiales que le ofrecen manjares deliciosos, preciosos vestidos y bellas joyas, pero ninguna voz le responde acerca de su prometido. 

Al caer la noche, Psique se acomoda en el lecho nupcial, y al caer la oscuridad, su marido entra al lecho, y consuman el amor que ambos se profesan, con una única condición: Psique nunca verá el rostro del amado.

Al cabo del tiempo, Psique quiere ver a sus hermanas y estas, que acuden a los alrededores de su palacio, con curiosidad quieren saber de su prometido, pero Psique las elude colmándolas de joyas y vestidos.

A pesar de ello, ocurre lo inevitable, Psique queda encinta, y de nuevo sus hermanas acuden, y ella les muestra su felicidad al estar en estado. No obstante, sus hermanas le tienden una lámpara de aceite y un cuchillo, diciéndole que debe alumbrar la cara de su esposo y cortarle la cabeza a lo que seguro es un monstruo.
De noche, Psique en el lecho no puede dormir, se revuelve entre las sábanas y debido a la curiosidad, saca la lámpara de aceite que le han dado sus hermanas, y alumbra la cara, viendo que era el propio Eros, el mismísimo Amor con quien ella comparte lecho. Éste se sobresalta y se zafa, alejándose de ella apenado, recordándole la advertencia que le había hecho a su esposa.
Psique se sume en la oscuridad y vaga en pena buscando una manera de redimir su error.

Una última peticiónTras vagar un tiempo en soledad, Psique acude al templo de Afrodita a pedir clemencia y poder volver a estar con Eros, a lo que Afrodita responde con una negativa, pues había roto el corazón de su hijo. No obstante, somete a Psique a tres pruebas, las cuales supera, y en la cuarta y última, le encarga la tarea de bajar al Inframundo, a pedirle a Perséfone esencia de la inmortalidad para ungirse Afrodita con ella. 

Psique así lo hace, pero cuando está volviendo, no puede contener la curiosidad de nuevo, y abre la cajita de la esencia, sumiéndose en un profundo sueño.

Eros, enamorado y apenado, acude a ella y la despierta, instándole a que saliese de allí y diciéndole que él arreglaría todo. Es así como acude Eros al Olimpo y ruega a Zeus que perdone a la muchacha, pues ha luchado por el amor del dios. Zeus se compadece y se asombra del valor de Psique, y concede que puedan estar juntos. Así, Hermes rapta a Psique de la tierra, y la lleva al Olimpo, donde bebe Amborsía y permanece para siempre con Eros, su amor.


~

Hay numerosas representaciones de Eros y Psique, una muy curiosa es ésta, que muestra a Eros y a Psique de niños, jugando el artista con el mito, con la personificación del Amor, la inocencia de ambos protagonistas y la inocencia de la niñez. Se titula 'El primer beso' y pertenece a Bouguereau, del año 1890.



Pese a todo ello, a mi parecer, la más bella, efímera, y sencilla a la vez que maravillosa es la de Cánovas, que representa el momento en que Eros va en busca de Psique que ha quedado dormida en el Inframundo, o eso creo.
Es una escena que irradia amor profundo, sin vicios humanos, solo amor, efímero y profundo. Es admirable la manera en la que se miran ambos, en la que se abrazan casi sin tocarse, y la acentuada forma que crean con sus cuerpos y sus alas.


Pertenece a Antonio Canova, se titula "Psique reanimada por el beso del amor", y se termina en el año 1757.

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